jueves, 27 de octubre de 2011

Primera historia de Halloween

Era una tarde tranquila, como cualquier otra.
Jeremy estaba en su cuarto, leyendo un libro sobre las partículas atómicas.
Fuera, llevaba todo el día lloviendo, y las previsiones indicaban que estaría lloviendo tres días más.
De repente, Ulrich entró corriendo en la habitación de Jeremy.
-¡Socorro Jeremy! -gritó desesperado-. ¡Hay unos monstruos gigantes en la escuela! ¡Y tienen a Aelita!
Jeremy se levantó de la cama, y solo dijo:
-Llévame donde están los monstruos.
Ulrich y Jerey corrieron, y por el camino se encontraron con Odd y Yumi, y se fueron juntos.
Llegaron al patio de la escuela, pero los monstruos ya no estaban allí.
-No es posible... -dijo Yumi.
-¡Y tiene a Aelita! -chilló Odd.
-Hay que encontrarla como sea... -dijo Jeremy.
-Jeremy es tarde, se está haciendo de noche. Será mejor que lo dejamos para mañana -dijo Yumi.
-¡No pienso esperar hasta mañana! Si vosotros no queréis encontrarla, ya lo haré sólo.
Entonces echó a correr en dirección a la fábrica, con la intención de usar el superordenador para rastrear la posición de los monstruos. Llegó a la entrada de la alcantarilla, quito la tapa y descendió por las escaleras.
Corrió lo más rápido que pudo en dirección a la fábrica, pero al llegar al puente de la fábrica, se quedó paralizado.
 El interior de la fábrica estaba lleno de unos monstruos grandes, de un color verde azulado, y con unas horribles antenas que les sobresalían de las cabezas.
Los monstruos vieron a Jeremy, y este hecho a correr otra vez hacia la alcantarilla.
Cuando estuvo a salvo, llamó a Ulrich, Odd y Yumi, les dijo el plan que tenía, y lo que necesitaba.
A la media hora, ya estaban todos en las alcantarillas, con trajes protectores y granadas de humo caseras.
Cuando llegaron a la fábrica tiraron las granadas de humo, y Ulich, Odd y Yumi distrajeron a los monstruos mientras Jeremy fue a la sala del ordenador y lanzó una vuelta al pasado, justo cuando las cosas se estaban complicando.
Después de la vuelta al pasado Jeremy fue a la habitación de Aelita, y al ver que estaba dentro, la abrazó con todas sus fuerzas y se fue a dar un paseo con ella.
FIN

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